In Memoriam

Lic. Luis Adrián Quirós Carmona

19 de noviembre de 1947 - 1 de junio de 2022.

Este espacio es un homenaje a nuestro querido Licenciado Quirós Carmona, cuyo legado continuaremos con honor.

Don Luis Adrián fue un hombre cabal, un caballero, un gran abogado y extraordinario amigo, pero sobre todo un maravilloso ser humano. De él aprendí mucho más que los secretos de este noble oficio, aprendí el valor de la palabra, la lealtad, la responsabilidad y la excelencia profesional. Aprendí, en definitiva, a ser mejor persona.

Durante mis más de 24 años laborando a su lado, pude ver muchas facetas de él, no sólo la faceta profesional, pude observar desde un punto de vista privilegiado el compromiso y dedicación de un hombre justo, determinado, noble y con gran sensibilidad social.

Si les contara la de veces que lo vi ayudar a personas que necesitaban de su apoyo, y lo hacía procurando que no se enterara nadie, que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha.

Siempre me insistió en el valor del trabajo comunitario, de apoyar y colaborar en organizaciones sociales o involucrarse en Asociaciones de desarrollo o que laboran en pro del bien común, sinceramente en ese aspecto, me falta involucrarme más, no le he hecho al nivel que él lo hizo siempre, esa es una tarea que debo realizar definitivamente con más ahínco.

No se me olvida que cuando empecé a trabajar me dijo, recuerde que es mejor ponerse rojo una vez, que morado toda la vida, eso para decirme que uno debía aprender a decir no, cuando lo que le pedían como profesional no era ético o legal, mejor decir no hoy que sufrir por ello toda la vida.

Don Luis tenía muy claro en su vida la importancia del servicio a los demás, y me consta que siempre estuvo dispuesto a ayudar a distintas organizaciones, pero no sólo eso, fue parte fundamental de muchas iniciativas comunales, impulsor de proyectos, participante activo de diversos organismos comunales, un verdadero ciudadano comprometido con su comunidad, que desde su trinchera aportó con creces al bien común.

La vida le puso pruebas difíciles, desde situaciones de salud hasta adversidades que solo un Titán como él podía haber enfrentado con tanta entereza, nobleza e hidalguía, nunca lo oí quejarse, siempre estuvo dispuesto a luchar para salir avante de todos los retos que se le presentaban.

Era un hombre de fe, de una fe inquebrantable, porque sinceramente solo así puede uno explicarse la fortaleza con la que siempre hizo frente a los retos que le puso la vida, algunos tan grandes que cualquier otra persona habría encontrado insoportablemente agobiantes e insuperables.

Siempre ponía buena cara a la adversidad, siempre procuró no preocupar a nadie, intensamente privado en sus cosas, su principal preocupación era no afligir a sus seres amados, y por tanto, siempre se manejó con entereza ante cualquier situación que se presentara. Era un roble, fuerte, y a su lado quienes le rodeábamos nos sentíamos protegidos.

Asesor consumado, el mejor consejero no sólo en temas legales sino en temas personales, mil veces me dio consejos cuando se los pedí o me ayudó a tomar decisiones a veces nada fáciles, y no tengo dudas que lo mismo habrá hecho con muchos de ustedes. Era amigo de sus amigos, y las muestras de cariño recibidas en estos duros momentos dan testimonio de ello.

Hace rato venía diciendo que se iba a retirar, pero no lo hacía, al final un enamorado del derecho, creo que no se veía sin tener algún reto profesional por delante. Mucho hablamos en estos últimos años de ir bajando su carga de trabajo, para darse chance de disfrutar un merecido descanso y concretar su retiro profesional, y en buena medida lo había venido haciendo. La pandemia, con los riesgos que implicaba para alguien en su condición de riesgo, le permitió pasar casi dos años trabajando desde su finca, un lugar que amaba y disfrutaba tremendamente. Si bien, seguía presente por medios electrónicos en el día al día de la oficina, pues estábamos en constante comunicación, pudo pasar ese tiempo en ese sitio tan importante para él en compañía de su esposa. Me alegra que pudiera trabajar con vista a los verdes potreros, rodeado de naturaleza y con la posibilidad de disfrutar lo que tanto amaba, ocuparse de la vacas, atender sus labores de finca, disfrutar de un paseo a caballo, respirar aire puro, mirar desde su corredor un atardecer, darse un chapuzón cuando el calor lo agobiaba, y disfrutar de los nietos cuando lo visitaban. Se merecía eso y más.

Entonces queridos amigos, solo puedo decirles que mi más grande honor fue trabajar con don Luis todos estos años, esa experiencia y esa oportunidad me la llevo en mi corazón y le agradezco a Dios por haberlo puesto en mi camino.

Acá continuaremos laborando, sirviendo a nuestros clientes, indeleblemente influenciados por el legado de honestidad, responsabildiad y profesionalismo de don Luis Adrián.

Con Cariño,

Licda. Erika Jiménez

3-6-2022